Empieza nuestra ruta por el Sur de Andalucía: Sevilla-Huelva, Conil (Cádiz), Gibraltar y Córdoba, son los destinos elegidos de nuestras vacaciones en agosto de 2018.
¿Te unes a la aventura? ¡Esto acaba de empezar! del 16 al 29, arrancamos...
Día 16...
Salimos pronto de Madrid, pero fueron muchas horas en coche hasta Sevilla. La emoción que tenía por llegar era inmensa.
El viaje estaba súper planeado, a excepción de algunos de los lugares mencionados arriba, que no nos alojamos y solo fuimos de paso, pero eso es algo que irás descubriendo a lo largo de este viaje.
Miramos cada sitio donde alojarnos con antelación y tener cerca todo lo que queríamos ver. Para empezar en Sevilla, nos alojamos en el hotel Resitur, que justo al lado tenía un Mercadona. ¿Qué más se puede pedir? Comprar las cosas a un minuto de lo que fue por aquel entonces, nuestra casa.
Llegamos a las 13 h casi para comer. Recuerdo, que estaba algo nublado y lo primero que vieron mis ojos fue caballos por todos lados, la Torre del Oro tan radiante y el Guadalquivir tan grande dándonos la bienvenida.
Por otra parte, era una locura encontrar sitio cerca del hotel sin tener que pagar. Sí, porque justo al lado había gorrillas... Estas personas tan simpáticas, que se ponen en las calles como si fueran suyas, y te indican dónde puedes aparcar buscándote un sitio. Y claro, como te hacen este pequeño ¨favor", cuando aparcas, los tienes al lado para que les des dinero.
Esto es algo que no me esperaba de Sevilla, es algo típico que por ejemplo, hay en Madrid centro. Al final, si no les das dinero, puedes encontrarte un pequeño o gran accidente a tu coche, como una rayadura o similares... estábamos con las maletas hasta arriba en el coche, así que mejor no arriesgarse el primer día...
La habitación del hotel, que más que un hotel era aparta-hotel, con cocina para poder cocinar en los próximos cuatros días que nos íbamos a instalar, estaba bastante bien. Quizá un roto en el centro de la bañera, me cortó el rollo, porque mi intención era darme un bañito y me echó para atrás...
Las vistas, daban a la calle. Teníamos a los gorrillas vigilados o más bien yo, que siempre miraba para ver cuándo bajaban la guardia.
A la tarde, salimos a conocer la ciudad. La siguiente foto, justo de fondo se ve Cruzcampo pues en ese puente, cerca de la Torre del oro, todo recto estábamos instalados. Era nuestro punto de referencia.
Me encantaba contemplar el Guadalquivir, mientras el sol, acariciaba nuestra piel, que a la tarde se hizo notar y desaparecieron las nubes.
Desde el primer día, ver los barquitos en el río, los árboles tan verdosos, el reflejo del sol en el agua, era un gusto, de sentirme privilegiada de contemplar una Sevilla preciosa, como nacido do de un cuadro de Picasso.
Salimos esta tarde, y quién nos diría que nos iban hacer una oferta para subir de crucero a unos de esos barquitos. Por internet, ya había mirado y estaba caro. Una sevillana, vestida de marinera, nos paró mientras andábamos de paseo y nos explicó, que para este mismo día, tenía una oferta de diez euros por persona para subir al crucero más básico durante una hora por el Guadalquivir, mientras desde el barco, te enseñaban parte de los monumentos, puentes e historia.
Cogimos el folleto, y mientras nos lo pensábamos, ya que a las 21 h teníamos que estar en el punto de salida con la entrada comprada, fuimos a conocer La Plaza de España. Al final, teníamos ganas y corriendo, porque quedaban menos de quince minutos, compramos las entradas y zarpamos.
Siempre quise montar en un barco y quién me dijo a mí que sería el primer día de Sevilla y en vez de en mar por el río Guadalquivir. Mucho más tranquilo y para tomar contacto, lo recomiendo muchísimo. A penas se nota el movimiento, si no te pones a mirar cómo se mueven las aguas. Todo muy tranquilo, mientras nos explicaban lo dicho anteriormente.
Una de las cosas mejores de este crucero, a parte de que vas viendo todo, fue que como era las 21h pudimos ver el atardecer. El sol se iba metiendo y daba paso a la noche.
Los diferentes contrastes del agua y luces, eran dignos de admirar.
Notaba, como el aire fresco de la noche, removía mi pelo. No éramos muchos los que cogimos ese crucero. Nosotros y una familia. Así que, podíamos movernos por donde quisiéramos.
Dejo un pequeño vídeo:
Cuando volvimos a tierra, dimos un paseo dejándonos caer por el barrio de Triana. Había buen ambiente. Mucha gente salía a cenar y se veían las terracitas llenas.
Al final de tanto andar, se nos hizo un poco tarde y cerca de la Iglesia de Santa Ana, acabamos cenando unos calamares en el Bar Santa Ana de la calle Pureza.
Había una única mesa y pudimos estar tranquilos. Recuerdo este día, sin parar.
Día 17...
Como Huelva tiene playa y no está muy lejos de Sevilla, había que aprovechar a pisar la playita. Además, tenía una promesa del año pasado. Si me tocaba algo en la lotería, volveríamos a pisar Huelva.
Este día, pasamos la mañana en Matalascañas. El año pasado estuvimos, así que por aquí puedes ver el post y de este viaje en curso, este pequeño vídeo:
A la noche, volvimos a pasarla por Sevilla. No íbamos a salir, pero al final acabamos dando una vuelta.
Día 18...
En la mañana, volvimos a Huelva. Concretamente, nos acercamos a Punta Umbría. El año pasado, no pudimos conocer este trocito de Huelva y aprovechamos el viaje.
De aquí, acabé bastante rozada de los pies, pero aún así no hubo nada que me parara.
A la tarde-noche, nos pusimos guapetes y nos fuimos pronto a cenar por Sevilla. Cenamos en un sitio elegante y coqueto. Arriba en su terracita, se estaba de lujo. No recuero el nombre, pero era en una de las calles transitadas, con un montón de sitios de tapeo.
La noche era joven en una plena Sevilla. Atrás de esta foto, ponían buena música y cócteles, que daba gusto verlo, aunque no llegamos a estar.
Día 19...
Los últimos días, ya nos quedábamos por Sevilla. Este día por la mañana, fuimos a dar un paseo mañanero. Hacía calor, pero era aguantable con una botella de agua y unas gafas de sol.
Vimos La Giralda de cerca, pero no pudimos subir. En aquel entonces, la zona estaba en obras. Así que, queda pendiente.
También de andar, paramos en el Parque de María Luisa. Tenía flores y le daba un toque romántico a nuestro paseo de tortolitos.
Terminamos muy cansados en esta mañana. Como habíamos salido pronto, pensamos en ir a comer antes y así, poder salir más pronto a ver si nos daba tiempo visitar el Real Alcázar antes de que lo cerraran.
Recuerdo que me di una buena ducha de agua fresquita, comimos relajadamente, y al rato, ya andábamos por las calles.
Esta tarde fue la más aprovechada. Nos compramos en un Taco Bell un refrigerio para poder seguir recorriendo más zonas de Sevilla.
La catedral, que la habíamos visto la noche anterior por fuera, de día era más reluciente.
Como conté anteriormente, quisimos aprovechar para ver el Real Alcázar, por eso habíamos salido más pronto, ya que era nuestro último día por Sevilla, y como nos dijeron que la duración era de unas 3 ó 4 horas y lo recomendaban para verlo tranquilamente. A las horas que fuimos si íbamos tendríamos que hacerlo rápido porque iban a cerrar.
El pararse a ver otras cosas un poco perdidos, el cansancio, el calor, nos hizo no llegar con un buen tiempo de margen para verlo. Tomamos la decisión, de al día siguiente madrugar y estar de los primeros para según verlo, recoger nuestras cosas del aparta-hotel antes de las 12 y marchar para Conil.
No pudimos ver el Real Alcázar, pero vimos mucho mejor la Plaza de España.
Estaba pletórica. Con menos gente. Algo normal, no serían ni las cinco de la tarde y en medio de una de calor, cualquiera salía a menos que fuera turista y las ganas de aprovechar cada rato en Sevilla le pudieran, como a nosotros.
Dentro de la Plaza de España, hay como paradas con bancos de todas las ciudades españolas, con su nombre en azulejos y personajes históricos representados.
Nos sacamos fotos con los que nos representan: Madrid por mí, Zaragoza por mi chico... y el calor era abrumador. Eché en falta mi pamela. El calor y el dulce, a mí no me sienta muy bien. El refrigerio, era dulzón de clementina y me empecé a sentir mareada. Hasta tal punto, que no tenía fuerzas en las piernas para subir escaleras y andar. Sentía que me iba a desmayar y como yo me conozco y necesitaba fresquito, en la fuente que hay en el medio de la plaza, me senté y empezó a mojarme. No me importó. Me refresqué la cara. La camiseta prácticamente entera, pero daba igual, se secaba rápido.
Mi chico se preocupó, pero le dije que estaría bien ahí hasta tener fuerza de voluntad para poder andar sola. Probablemente me estaba dando un golpe de calor, pero se me pasó rápido al refrescarme. Afortunadamente, me sé tratar sola cuando noto que estoy mareada y lo siguiente podría haber sido un desmayo.
Nunca me he llegado a desmayar, pero hay que tener mucho cuidado. Siempre con agua para beber o mojarnos la frente y estar a la sombra. Era bastante consciente de que estas cosas pasan y estaba avisada, pero me recuperé a los diez minutos de sentarme y refrescarme.
Lo más curioso es que pude pronunciar mi primera frase en inglés para decirles a unas personas extranjeras si nos podían hacer una foto. Me sentí orgullosa, puesto que recientemente había retomado el inglés en el curso que estaba dando.
Los puentes, son muy bonitos. Esos colores en azul, verde agua, me tenían conquistada.
Después de sacarnos todas las fotos posibles, escuchamos música, taconeo y palmas y nos acercamos. Estaban teniendo un espectáculo escondido de flamenco. Dejo un vídeo, porque menudo arte tenían y bien merece ser visto.
Tras dejarnos sorprender por todo lo anterior, seguimos paseando y en un puesto compramos los imanes de recuerdo de Sevilla.
Llegamos a un parque hermosísimo. Había una fuente con nenúfares. Nunca había visto nenúfares en persona y me gustó mucho la naturaleza y lo bien cuidado que estaba.
Justo al otro lado donde está tirada esta foto, había una plaza con cientos de palomas. En el puestecillo que se ve, había un hombre que se le subían encima las palomas y parecía que las tenía domesticadas. ¡Cuánta paloma junta!
Lo último de este día, tan cansado fue sacarme una foto en este sitio que era para tomar cócteles por su estatua de Nueva York.
Día 20...
Nuestras últimas horas en Sevilla. Nos pegamos un madrugón para estar mucho antes en la cola y poder ver el Alcázar.
Quizás el Alcázar fue lo más caro que visitamos. Tiene un precio de 9,50 € por persona y bien vale la pena pagarlo, porque el encanto de su interior es expectacular. Creo que me quedo corta, pero destaco el Patio de las Doncellas, y la zona de los jardines con sus palmeras.
Cuando voy a ver algo antiguo por dentro, me gusta observar su arquitectura. Esta tiene de mudéjar y estilo gótico. No mostraré muchas fotos, porque mi móvil en interiores, no hace precisamente fotones, aun así sus salones y recovecos, todo una maravilla.
Vuelvo a retomar la naturaleza de Sevilla y sus zonas verdes y no tengo palabras para describir tanta belleza, que entra por los ojos y es absolutamente grandiosa.
Lo bueno del Alcázar, que es bastante grande y puedes pararte por donde quieras. Hacer fotos a todo y el tiempo que quieras. A la vista está lo mucho que disfruté.
Había varias fuentes y eso se agradece, porque no solo queda bonito, refresca y hace que no haya tanto calor. De hecho, en esa mañana estuve muy a gusto y sin nada acalorada. A pesar, que decidí ponerme la misma ropa del día anterior que era la más fresquita.
Una de las cosas, que no esperábamos encontrar era un pavo real. Ahí campando a sus anchas él solito. Por querer sacarme una foto con él, que me la guardo para mí jeje, casi pierdo mis gafas, con eso lo digo todo. Hicimos buenas migas al final.
Ya por último, las vistas desde arriba hacia abajo son increíbles. Me encantan las palmeras, le dan ese toque diferente a la ciudad y exótico.
Todo muy bien cuidado y es de agradecer a todo el personal que lo cuida, limpia y mantiene en perfecto estado los jardines y el Alcázar entero.
Imagínate ir en Sevilla en pleno agosto, los pronósticos del tiempo marcaban una ola de calor, que superaba los 40º. Familia y amigos, me decían que sería una locura bajar a Sevilla en esta época del año y sí, les doy la razón. Fue una locura. Bendita locura: pisar sus calles; unas calles que invitaban a pasear, desde por la mañana, por la tarde, incluso bien cerrada la noche; el acento de los sevillanos, tan marcado, su forma de tratar a los turistas con las brazos abiertos, era algo digno de admirar y con lo que disfruté cada día, de esta pequeña estancia.
La belleza de Sevilla es incalculable con un color especial que enamora al turista con ansias de volver, doy fe que volveré a dejarme conquistar. Sobre sus monumentos, no sabría con cual quedarme, aunque La Giralda me pareció altísima y verla en persona me impresionó, La Plaza de España, supera con creces a cada fotos que había visto por internet y que ansiaron mis ganas de conocer la ciudad, no se queda atrás el Real Alcázar de Sevilla, con sus palmeras, el pavito real tan bonito, las vistas o los parques tan vivos, como el de María Luisa, pero sin duda, debo decidirme por uno, y me quedo con La Torre del Oro. Quizás es el más chiquitito, pero fue el primero que vi, donde si me pongo a mirar mis fotos, es donde más hemos posado, de día, de noche, el punto de encuentro a nuestra "casa".
Sevilla, me has robado el corazón.
Próximo destino: Conil (Cádiz)
¡Hola!
ResponderEliminarEstuve hace años en Sevilla, y después de leer tu post, no sabes con qué ganas me he quedado de volver a perderme por sus calles.
Es sin duda para mi, una de esas ciudades con magia, porque en cada esquina puedes encontrar algo fascinante.
Sin duda, uno de los lugares que más me impactó de ese viaje fue el Alcázar, lugar que sin duda visitaré de nuevo cuando vuelva a ir. Es sin duda, uno de mis lugares favoritos, aunque seguro que me quedan muchos por descubrir.
Besotes
Hola,
EliminarEl Alcázar de Sevilla es muy bonito y está muy bien cuidado para perderse por él. A mí Sevilla me gustó muchísimo y mereció la pena ir aunque fuera en verano.
Besos.
Hola!
ResponderEliminarEl sur de España una maravilla.. Y, de Sevilla tiene un color muy especial y una de las mejores ciudades de España para visitar y disfrutar de todo lo que nos aporta 🤗
Hola,
EliminarSin lugar a dudas de Andalucía, su capital merece mucho la pena ir a conocerla y disfrutar de todo lo que tiene.
Hola guapa, pues estuve en Madrid el invierno pasado y para mi fue un sitio excelente al que ir cuando aqui hace tanto frio, ahi parecia otoño y disfrutamos mucho de las visitas, la comida y el poder pasear por el lado del rio, mira nos falto como a ti coger un barco, pero es algo que me queda para la proxima vez que vaya! besos
ResponderEliminarHola Resi,
EliminarSupongo que dices Sevilla jeje.
Si lo coges, el de la tarde-noche ves el atardecer y es precioso.
Besos.
Me ha encantado el post, no sabes lo bien que me vienen tus recomendaciones porque quería ir en octubre y así ya me apunté algunos lugares para visitar.Las fotos son impresionanes, estás guapísima, la pena es el calor de agosto, yo no me animo a visitar Sevilla en Verano por eso.
ResponderEliminarUn beso!
Es un poco locura ir en agosto, pero no me arrepiento. Estaba cerca de todo lo que queríamos ir y aprovechamos muy bien el viaje.
EliminarAnímate a ir en octubre aunque sea y disfruta mucho de Sevilla :)
Un beso.
Hola guapísima!
ResponderEliminarAins me has hecho revivir mi viaje a Sevilla y me hizo gracia que hice más o menos lo mismo y casi en el mismo orden ;). A mi me encantó y se que tengo que volver. La plaza de España y el parque me dejaron totalmente enamorada. Yo fui en enero y recuerdo que la temperatura ya era agradable de por sí, no me quiero ni imaginar lo que debe ser aquello a 40ºC no me extraña que te diera un golpe de calor.
Un besazo
Hola Lala,
EliminarLa Plaza de España es más bonita en persona. Tiene unos colores realmente vivos y fotografiables. 40º es mucha locura, pero se puede sobrellevar con precaución y mucha agua. No debí haberme tomado nada dulce para haber aguantado mejor, pero bueno, me repuse pronto.
Un beso grande.
Hola! tengo muchas ganas de ir a Sevilla, es uno de los sitios que tengo pediente, pero me gustaria ir en otoño o invierno, hace mucho calor en verano y no lo soporto jeje. La Giralda tiene que ser espectacular. Besos
ResponderEliminarHola,
EliminarTe animo a ir ya sea en esas épocas. Seguro que se está más agradable para visitar las cosas.
Besos.
Eso de que Sevilla tiene un color especial no es ninguna broma. Hay tanta historia en la ciudad que cada pocos pasos te encuentras edificios y conjuntos monumentales. Muchos de ellos únicos, que merece sin duda la pena descubrir, bss!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Una de las cosas buenas que tiene, es justamente eso. Muchos de sus cosas para ver están al lado y puedes verlas andando.
EliminarBesos.
Menudo viaje chulo por Sevilla!!! Nosotros estuvimos hace años y también nos gustó mucho..Algo parecido porque más o menos hicimos lo mismo parque de Maria Luisa, el alcazar, el paseo en barco...La verdad es que está genial para callejear y difrutar de todas las cosas bonitas que tiene.
ResponderEliminarEstá muy bien. También callejeamos y así vas viendo las casas y los diferentes barrios y acabando en el Guadalquivir.
EliminarQue lugares mas hermosos los que nos muestras, se nota que has disfrutado mucho el viaje y has conocido bastante del lugar, me encantaria ir algun dia
ResponderEliminarLo disfruté muchísimo. De los viajes que más he disfrutado.
EliminarHola wapa! Nunca he viajado a Sevilla y me gustaría muchísimo. Pero ahora hace tanta calor en Málaga, que ni imagino lo que hará en Sevilla. Ese viaje lo dejaré para invierno. Me han gustado mucho tus fotografías. Bsss
ResponderEliminarHola,
EliminarCuando afloje el calor apetece más. Así compensa el calor de Málaga.
Me alegro de que hayan gustado :)
Besos.
Que fotos mas bonitas. Estuve hace muchisimo en Sevilla pero no en verano, fue por Semana Santa y aun asi hacia calor pero se podia ir de un lado para otro. A mi tambien me gusto mucho. Se come bien, la gente es amable y todo muy cerca para visitarlo. Lo unico que no subi en barco. Por lo demas lo vi y la catedral. Es uno de los destinos donde merece la pena invertir en sus monumentos e ir todo a pie
ResponderEliminarUn besazo!
A mí me faltó verla porque andaban en obras. Ya para la próxima, la tengo apuntada y volver a recorrer sus parques y sus calles tan alegres también a pie.
EliminarUn beso grande.
¡¡¡Holiiii!!!
ResponderEliminarA mi me encantaría conocer Sevilla, porque tiene que ser precioso ver todos esos sitios. Técnicamente he estado una vez, pero es que no vi Sevilla, a lo que fui fue a la Expo 92. Asi que fijate tú.
¡¡Nos vemos!!
Hola,
EliminarPues ya estás tardando en volver para verla entera, porque es preciosa la mires por donde la mires.