Querida Sheylita

Querida Sheylita:

Hace unos días que el cielo te abrió sus puertas, y desde que te has ido siento un vacío sin ti. Sin poder besarte, abrazarte, tocarte la barriguita como  a ti te gusta, incluso sin poder darte los mimis que te mereces, preciosa mía.

No quiero quedarme con los momentos tristes, que te hicieron ir este nueve de enero. Sé que este año, no va ser feliz, porque tú lo eras todo y nos diste tu mayor cariño y amor, y ya no estás...

Así que, por ti y en tu memoria, quiero recordar algunos de tus momentos más bonitos que nos has dejado...

Recuerdo aquel día, después de venir del colegio, la cunita de juguete en el salón y cuando te vi tan chiquita, tan pequeña, inofensiva y timidita... Eras y serás la primera perrita que he tenido, y todos querían tenerte en sus brazos, incluida yo que te llevaba conmigo como si de un tesorito se tratara.

Te daba antes de irme todas las mañanas mientras eras una cachorrita, tus potitos y siempre guarreabas que había que ponerte un baberito. La verdad, eras tan tierna que cuando se te regañaba, eras lo más bueno, que venías con tu rabito gacho a dar besitos... tu manera de pedir perdón...

Una de las cosas que más te gustaba, era dormir. Te gustaba tanto, que te quedabas dormida y eras tan pequeña que cabías en una zapatilla. El día que te encontramos en la zapatilla, estabas tan graciosa que tuvimos que sacarte esta foto.

Mi bebita, fuiste creciendo, y cada vez, ibas siendo más bonita. Toda una reina, mi pequeña consentida que me acompañaste desde mi niñez...

 Estabas solita, que necesitabas tener un compañero de juego. Sin saberlo, fuiste para Barolilo además de su mujer, su compañera, su "mami". Aún siendo tú pequeña, te hiciste cargo de él. De que no le faltara nada y no te importó compartir tus juguetes, tu comida y tu tiempo con él.

Surgió puro amor, y una de las mejores cosas que hiciste, fue mantener unida a la familia. Reuniste el día de año nuevo del 2008, a casi todos los miembros en el "gran día de tu boda".

Fuiste una novia preciosa, estabas radiante, feliz y así nos lo tramitiste a todos. Barolilo, cumplió su primer año y nos dísteis uno de los mejores años nuevos que pudimos tener.

Tan bonita con tu marido os unisteis en matrimonio hasta el final de vuestros días. Esto es amor verdadero.

 Puedo decirte, que entre tú y yo, surgió un "cada día" juntas. Para mí, no has sido una perrita cualquiera, has sido mi Diosa del amor, y esto muy pocas personas van a saber entenderlo. 

Dicen que el ser humano, le gusta o necesita creer en algo. Desde que apareciste en mi vida, solo creí en ti. En mis momentos más tristes, te has acercado y te has quedado un ratito para sacarme una sonrisa. Has sabido entenderme, con solo una mirada. Has sido más fiel, que cualquier otra persona...

 Has sido muy querida, y te encantaba, tomar el sol de buena mañana con tus amigas las tortugas. No te importaba quedarte sola en casa, que tan agustito te quedabas. Donde el sol entraba, ahí estabas tú para recibirle... Ya te dije en alguna ocasión, que cuando estabas al sol, tus ojos se iluminaban, tenías unos ojos preciosos color caramelo.

Si en verano salías a tomar el sol, ya en invierno eras la consentida de todos. ¡Ay , lo que te gustaba el calorcillo de la chimenea! Dabas brincos, corrías para que te pusiéramos unos minutillos.

Ahora que lo pienso, me gustaba verte ahí y acercarme para quedarme un ratito las dos calentitas. ¿Recuerdas? Seguro que sí, porque te picabas cada vez que te hacía de rabiar quitándote el sitio.

Mi golosona del amor, porque aunque no deberíamos nos ponías ojitos y te gustaba chupar los yogures, pedir cosas dulces y ponerte debajo de la mesa a ver si caía algo rico...

Cuando llegaba la Navidad, todos esperaban al 22 de diciembre para ver si les tocaba la lotería y lo que no saben, es que a mí me tocó cada año que permaneciste a mi lado.  Porque ahora sin ti, nada es igual. Solo agradezco, que el destino nos haya permitido estar estas últimas navidades contigo, con lo malita que estabas y aún así en ningún momento nos negaste tu compañía.

Ver tus fotos, sé que no me devolverán a ti, pero me hacen recordarte viva. Te has ido muy joven con a penas diez añitos. Me hubiera gustado que te quedarás más tiempo y  fueras mi damita de blanco el día de mi boda. Reconozco que eso sí que es pedirte mucho, pues hubieras tenido que esperar muchos años y en tus circunstancias... El día que llegue también "mi gran momento", intentaré tenerte presente sea como sea, mi Diosa del amor. Porque tú eres tan importante para mí, que quiero que ese día, tan bien formes parte.

Eres toda una princesa, una reina, que has conseguido todo por ser una belleza tanto por fuera como dentro.
Todo lo que diga, es poco... te meres el mundo a tus pies. Desde que naciste, te ganaste el cielo y ahora el cielo, es quién te reclama, mi angelito.

No podremos dejar de quererte, ni mucho menos olvidarte. Tienes a tu maridito buscándote por la casa y estamos nombrándote cada poco tiempo. Probablemente, un día nos hagamos a la idea de que ya no estás físicamente, pero por ahora no quiero pensarlo...

A parte de todo esto, han sido tantos los momentos que hemos pasado juntas. Son un sin fin de momentos que me has dado, has sido una de las mejores cosas de mi vida. Fuiste y serás mi Sheylita, mi Pocholina Mari, mi gordi, mi marmotilla, mi bebé, mi bebita, mi corazoncilla, mi Diosa del amor, mi beba, mi golosona del amor, mi más fiel compañera de habitación y de vida. Me has enseñado a estar contigo, pero no a estar sin ti. Te quiero demasiado, pequeña mía. Quiero que sepas, que no me despido de ti completamente con este homenaje en mi riconcito del Blog, porque sé que nos volveremos a ver. Quizá dentro de unos años, o como lo quiera el destino...

Solo espérame, alegre movimiento el rabito como solías hacer, que yo cuando vuelva a tenerte en mis brazos, hazme caso que no te soltaré.

D.E.P,  pequeña.