Un día por Gibraltar

Ya pudiste descubrir, que uno de los lugares que no estaban planeados en el viaje fue Gibraltar.

Día 27...

La Línea de la Concepción perteneciente a Cádiz, es lo que divide la frontera de Gibraltar, de estar en territorio español a pertenecer a territorio británico.

No hay que olvidar y que a veces se confunde, que Gibraltar está dentro de la Península (España), pero no pertenece a ella. Es decir, es totalmente independiente al país.

Es casi como entrar en un mini país con sus costumbres británicas, pero esto es algo que poco a poco en el post voy a ir contando. Como siempre digo, bajo mi experiencia.

Lo cierto es, que ver a lo lejos el Peñón impresiona y cuando más te acercas más sensación tienes de que poner un pie en la frontera, es totalmente evadirte de España.

Si vienes en coche como fue nuestro caso y vas cargado de maletas, hay un parking abierto justo al lado que sigue perteneciendo a España y cobra en euros. Se puede dejar el coche tranquilamente y andando cruzar la frontera.

Cada día muchos españoles que viven fuera de Gibraltar entran allí a trabajar. Al igual que muchos turistas de varias partes tanto españoles como fue mi caso, como extranjeros.

Tras dejar el parking y continuar, entras a una zona cerrada, que con solo enseñar el DNI pasas directamente. A mí es algo que me preocupaba. Por si había que sacarse pasaporte, documentaciones a parte por el tema del Brexit.

Hay dos cosas a tener en cuenta cuando ya estás en Gibraltar y ya has enseñado tu DNI: la mayoría de comercios o cosas se muestran en libras y hay que fijarse que en algunos acepten como cambio euros.

Si el precio te lo dan en libras, eres tú quien debe hacer el cálculo a euros y así ser consecuente de lo que te gastas. Aunque no es necesario llevar euros para cambiar a libras. Si pagas con tarjeta, el cambio te lo hace solo.

Por otra parte, al pertenecer a territorio británico, casi siempre te hablarán en inglés antes que en español, pero como ya digo, hay muchos españoles que trabajan allí. Así que lo bueno, es que  perfectamente podemos hablar español y entendernos si damos con uno.

Una vez sabido estos, ya podemos hacer la visita tranquilos. Al principio el camino es muy estrecho hasta que vas entrando en el centro de Gibraltar.

Lo primero, que llama la atención son las cabinas telefónicas. Quizás porque aquí en España ya casi no tenemos y porque es algo muy típico de Londres. Primera foto, como no, con una cabina.

Según continúas, vas pasando por el centro donde hay gente andando en todas las direcciones.

Hay cosas históricas donde sacarse una foto. Como puede ser los cañones, la figura de Nelson, vicealmirante de la Real Marina británica, más conocido por su victoria en Trafalgar por las Guerras revolucionarias francesas y las Guerras napoleónicas.

Los comercios en Gibraltar son tentadores e interesantes. Podemos encontrar cosas que en España no venden. Si vas a subir al Peñón es mejor después mirar detenidamente las tiendas. Así hice yo, para comprarme un imán de recuerdo. Que tuve la suerte, de poder pagar en euros en la tienda. Como curiosidad, la tienda la llevaban unos chinos.

Ya vamos con la parte interesante, y es la se subir a lo alto del Peñón. Hay dos opciones: subir en teleférico (cable car) o bus-furgo, que así lo llamo yo, a unos vehículos que son furgonetas, que tienen la mitad de espacio que  un autobús.

De subir y bajar en uno u otro, (porque no doy la opción de andando que es matador las cuestas), es el dinero que vale,  el tiempo, tanto de espera para poder montarte y lo que tarda en subir, así como las vistas.

El teleférico, haces una cola enorme. Puedes llegar a una hora o más esperando para comprar tu billete y poder subir. Es muy agobiante y más si hace calor. El pago se hace en libras, y es aproximadamente de unas 16. Lo que sí que no me acuerdo, es si las 16 libras solo eran de subida con bajada incluida o solo es subida y la bajada es un poco más. Ahora la conversión, no es mucho en euros, pero nosotros que fue la opción que elegimos, llegamos a pagar cerca de 40 euros para poder subir y bajar. Lo que para mí es un dineral. Porque en subir como en bajar, tardas 5 min. Luego en teleférico ves cómo asciendes y desciendes y las vistas son ¡increíbles!

Luego en bus-furgo, si no recuerdo mal, es sin esperas de colas. En cuando se llena empieza la subida. Vale muchísimo menos dinero, pero tardas muchísimo más en subir. Entre 15 o 20 min por una cuesta muy despacio y puedes ser "atacado" por monos. Que se pongan por medio, o se suban arriba del vehículo, nublen los cristales y tengas que esperar a que se vayan...

Una vez arriba, puedes estar el tiempo que quieras para ver el Peñón o los extras. Los extras son zonas escondidas, pero son de pago. No puedo hablar de ellas, porque los precios eran desorbitados, si a eso le sumábamos el teleférico, por lo que no entramos. 

En una de esas zonas, hay una tienda y adelanto que es todo más caro y con bastante diferencia que en la zona centro de abajo.

Aquí ya es ver monos por todas partes. Tengo que hacer una advertencia: ¡cuidado con los objetos que lleves! ya sea las gafas, un gorro, la mochila, porque pueden quitártelo. 

Todo siempre bien cerca del cuerpo y las mochilas si estás cerca de ellos, preferiblemente delante. A nosotros no nos ha pasado nada de esto, pero puede pasar y he llegado a verlo, que los monos son muy espabilados y a alguno se ha quedado sin comida.

Los monos de Gibraltar están muy acostumbrados a estar con y entre humanos, que se acercan, hacen ñoñerías, para conseguir comida o agua. Eso sí, pocos se dejan tocar. 

Por lo que observé, los machos son más zalameros que las hembras y se dejan estar muy cerca y te miran.

En todo el Peñón, zona más de parada para ver sus vistas y hacerse fotos, se puede ver unas  vistas espectaculares de todo Gibraltar, el mar, el puerto... es como tener el mundo a tus pies.

Las dos primeras fotos, es en lo más alto del peñón, la tercera en una escalera. Cuanto más arriba, más niebla hay y menos se distingue el color del mar.

Fue una sensación única, preciosa y un momento inolvidable. Para quien haya subido en avión, por poner un ejemplo, esta sensación no será tan gran cosa, pero para mí es lo más alto que he estado de ver por debajo una ciudad con el mar y sentirme... poderosa.

Un momento que me produjo una ternura inmensa es ver a una mamá con su bebé refugiado en su pecho. Muchos lo contemplaban. Era difícil así por así ver esa imagen y más un bebé.

Cuando nos quedamos solos, no pude evitar acercarme un poco para verlo de cerca. Esto mucho cuidado, porque las mamis si tienen a su retoño, pueden reaccionar de cualquier manera.
¡No intentar tocas a los bebés ni a ella si están juntos!

Aquí, recuerdo perfectamente esa mirada de la mami; penetrante, tranquila y segura de sí misma, como de si yo intentaba algo con su cría, no dudaría en protegerla, pero con la certeza de que mi actitud solo era de observar sin pasar los límites. En ese momento, ni me moví.

Más adelante, dos moninos aparecieron por el camino jugando. Eran tan adorables. 

Luego uno de ellos, se acercó a un mono adulto herido. La herida parecía bastante grande. Quizás por alguna pelea, caída, quién sabe...

Lo que me pareció todavía más desagradable, fue ver una pelea en directo de dos hembras con y por un bebé. Tenían una agresividad tirando de la criaturita. Una mona de una patita, la otra de un bracito y el monito gritando de dolor. Cuando nos vieron que nos acercamos se cortaron un poco.

Casi me parte el alma. ¿Cómo podían pelearse así? El monito tiraba a la que debía de ser su mamá, ya que se le agarraba a tomar el pecho.

Parece ser que la mona de la izquierda, se debió de dar cuenta, que había asustado al bebé y dejó de tirar. Solo hay que ver la cara de asustadito del bebé.

Cuando estuve lo suficientemente cerca, vi su barriga. Quizás estaba embarazada. Posteriormente, se alejó unos centímetros y luego se fue saltando a los árboles. 

A los monos, les gusta mucho despiojarse y acariciarse entre ellos. ¿Ves la cara del que abraza al otro? En persona, tenía cara de mimosete.

Así es el Peñón, ver monos cada dos por tres. Disfrutar de sus increíbles vistas, andar para arriba, para abajo, sacarse fotos y llevarse una gran experiencia. Casi como estar en un mini Londres y eso que no he estado. Hablo por lo que veo en vídeos y demás experiencias.

Al bajar en el teleférico, sigue siendo tan espectacular como la subida.

Según vas descendiendo en teleférico va cogiendo color las vistas, pasas de estar en el cielo a volver a la tierra, nunca mejor dicho. Ver personas inquietas por todos lados y retomar lo que tenías pendiente: ir de tiendas.

Después de ver las tiendas, curiosear más que nada y sus calles, en la salida (o entrada para otros) estaba todo el tráfico quieto. Los peatones también. Así que tuvimos que esperar un buen rato. 

Esto era debido a que cuando va a pasar un avión para coger el vuelo, cortan por todos lados y puede tardar unos 15 min aproximadamente.

Vimos como el avión va despacito a lo lejos, tarda un rato en darse la vuelta y a los cinco minutos, retoma otra vez despacito en la otra dirección y boom vuela. En ese momento, esperan unos minutines más, quitan las vayas y todo el tráfico sale y nosotros podemos retomar el largo camino hacia territorio español.

Acabamos de salir de Gibraltar cerca de las 16 y algo horas. Comimos al salir un bocadillo y pusimos marcha a pasar nuestros dos últimos días de vacaciones a Córdoba.

Continúa el final del viaje a Córdoba.